sábado, 25 de octubre de 2008

Sigo el camino de baldosas amarillas mientras oigo tus mentiras por útlima vez. Llevo mi diario con las páginas en blanco y me siento tan vacía como ayer. Voy de antro en antro como un gato sin tejado al que nadie le enseño a caer de pie. Creo que he jugado en el bando equivocado y me voy acostumbrando a perder. Y hoy no me vale un te quiero, no me vale un lo siento, no me valen tus excusas ni tus flores de alquiler. Hoy no me valen los recuerdos que nos quedan hoy tan lejos que no saben ser un cuadro en la pared. Pierdo la mirada en esas calles olvidadas donde antes me jurabas lo que hoy no crees. Hoy no somos nada y en tu casa encantada se marcharon los fantasmas para no volver.

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