lunes, 8 de julio de 2013

Siempre tuve un defecto, no se decir que no. Y pasadas las cuatro mi cara era un error.. Entrancada como una idiota fui, con el moño en la cabeza, buscando en ese pecho el calor para poder sobrevivir a la agonía de la noche, a la desdicha de sentirme una mercenaria del alcohol y alejarme entre los gritos y los tragos, otra vez sola, una perdedora.. Salimos de aquella histeria hacia otro lugar, huy...endo de los colmillos de la soledad, regalada, ofrecí el sabor de aquellos que en albergues se hacen tibios y no llegan al orgasmo ganador, que ganado.. Fue ahi que comprobe que siempre puede haber algo peor, fue así que comprobe que la angustia es prima de la desesperación, y que a veces, tal vez, estar sola es mejor. Y que al cielo no se llega, nunca de a dos.

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