sábado, 28 de enero de 2012

Vine hasta aquí para poder abrazarte y sentí que ya tus brazos
se niegan a ir hacia los míos lentos.
Tan tonto fui, aquella tarde me hiciste dudar, trabaste mi alma con tu frialdad.
Amor siguiendo al viento.
Y el miedo a sufrir hoy me congela en el rancho peor
si hace frío que venga el calor, yo no quiero estar viejo.
Voy a mentir cuando les diga que ya superé,
que nunca hubo dolor en mi piel, que nada tuyo existe.

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